inteligencia emocional

Inteligencia Emocional

Mucho se está hablando acerca de la Inteligencia Emocional en la última década y no es para menos. 

La capacidad de la inteligencia emocional, como un conjunto de competencias que pueden  identificar, procesar y controlar las emociones, ha demostrado que es puede muy importante en la sociedad moderna, y que puede aportar mucho valor siendo aplicada en entornos laborales, educativos y clínicos.

Pero…¿Cómo desarrollar la inteligencia emocional? Buena pregunta, pero antes veamos paso a paso que es esto de la inteligencia emocional.

Qué es la Inteligencia Emocional

La inteligencia emocional puede decirse que es aquella capacidad individual de las personas de percibir y razonar las emociones derivadas de situaciones concretas y que en función de esto pueda obtener una mejora notable en el desempeño de sus funciones y de su rendimiento a través del aprendizaje y de su propia conducta.

En las sociedades occidentales modernas como las nuestras, donde vivimos más de prisa,  donde parece más previsible el kaos y la incertidumbre que el orden y el equilibrio, el acierto en la gestión de las emociones, el hecho de saber interpretar los sentimientos propios y de los demás, establece competencias elevadas en el desarrollo de las habilidades para resolver situaciones complicadas o complejas.

El manejo de las emociones resulta relevante para cualquier tipo de organización desde las más elementales como el núcleo básico familiar hasta las más altas esferas donde se desarrollan las grandes empresas o incluso el poder político.

«Las personas que poseen un alto nivel de IE son hábiles para razonar sobre temas emocionales y son eficaces en el uso de la información emocional para resolver problemas y alcanzar metas«

Mayer,

-

2008

La Inteligencia Emocional ofrece la posibilidad  de poder predecir cómo se puede relacionar una persona a nivel personal, social y laboral para obtener un mayor o menor éxito o rendimiento en el plano que desea.

A partir de los años ´90 es cuando comienzan a hacerse más visibles y patentes los estudios en relación a esta capacidad. Se valoraron dos enfoques entonces. Los modelos de «rasgos» y de la «personalidad».

  • El modelo de rasgos considera la Inteligencia Emocional como un conjunto de autopercepciones y disposiciones emocionales que se evalúan mejor a través de la introspección y el autoinforme, similares a los rasgos de la personalidad.
  • Mientras que el modelo de capacidades considera la Inteligencia Emocional como un conjunto de capacidades cognitivas que permiten a un individuo percibir con precisión, razonar y utilizar la información emocional de manera adaptativa, similar a otros modelos de inteligencia que se centran en el conocimiento demostrado y la capacidad de rendimiento.

Cada enfoque tiene en cuenta aspectos únicos del funcionamiento emocional, de la personalidad y del funcionamiento intelectual.

Pero la cuestión en ambos modelos era poder saber a ciencia cierta que región del cerebro intervenía en ambos casos.

Para ello se analizaron los modelos del neurocircuito de la Inteligencia Emocional para llegar a la conclusión que estas capacidades surgen de la interacción de varias regiones claves del cerebro que estaban involucradas en la percepción emocional. 

 

Cómo aplicar la Inteligencia Emocional

El principal interés de la ciencia y de las personas en general  por la Inteligencia Emocional es el enorme potencial que posee en el desarollo de las competencias emocionales y sociales para mejorar el bienestar general de las personas.

Tal es así que la inteligencia emocional puede alcanzar predicciones en las tareas diarias de las personas en diferentes ámbitos y entornos, como el entorno laboral (liderazgo y trabajo en equipo, alcance de metas, éxito), social (interrelaciones, comunicación efectiva), educativo (aprendizaje, motivación, logros, desempeño, alcance de metas), pero también a nivel clínico (diagnóstico de patologías).

inteligencia emocional

Potencial Emocional

La Inteligencia Emocional en el Trabajo

Según Daniel Goleman, la inteligencia emocional podría actuar a través de cinco competencias o habilidades sociales.

Como la capacidad de conocerte a tu mismo, valores, gustos, pensamientos, habilidades, y metas definidas.

Tener la capacidad para controlar tus emociones. Teniendo el control en todo momento y  poder gestionarlas para tu beneficio.

Poder tener la capacidad de fijarnos metas alcanzables, trazar una hoja de ruta para poder conseguir nuestros propósitos.

Como aquella capacidad que te permite poner en el lugar del otro, para saber o sentir que harías tu en el lugar de esa persona frente a una determinada situación.

Todas aquellas competencias que te ayudan a mantener interrelaciones positivas con las personas de tu entorno más próximo.

Teniendo en cuenta todas estas competencias, se puede explicar porqué es importante la inteligencia emocional en las empresas. 

La suma  y el desarrollo de las habilidades podrían influir de manera positiva en el  escenario laboral de los trabajadores para conseguir metas a corto y a largo plazo.

Por esto muchos empleados ya están buscando la forma o la manera de saber cómo aplicar la inteligencia emocional en el trabajo para sentir que la función que cumplen en el desarrollo de sus labores diarias es un trabajo importante. 

El hecho de trabajar para una empresa, no significa que no podamos desarrollar nuestras competencias y nuestro talento. Hay miles de empleos que necesariamente deben ser desarrollados en equipo y dentro de una organización. 

Así, el hecho de aprender a manejar las emociones dentro de la empresa da a los empleados la capacidad  de obtener mejores resultados en general.

El refuerzo de las relaciones con los compañeros de trabajo y el personal de dirección de la organización, permite y facilita el  trabajo en equipo de manera más productiva y eficiente.

Poder conseguir los objetivos de la empresa que nos permitan mejoras salariales, ascensos, premios y por ende mejoras que pueden repercutir de forma directa en nuestro bienestar general.  

Este contexto, se traduciría en empleados o trabajadores más contentos, más felices, más productivos y eficaces. 

inteligencia emocional

Potencial Emocional

La Inteligencia Emocional y Liderazgo

En cuanto a la dirección de la empresa, la experiencia en el manejo de los equipos y las directrices sería fundamental. 

El conocimiento del entorno en el que se desenvuelve puede ayudar a incrementar las mejoras de la organización.

Un buen líder de organizaciones sería capaz de identificar o predecir los cambios para implementar las mejores respuestas ágiles, con la máxima celeridad y de acuerdo a las circunstancias de cada momento.

Debería ser capaz además de acompañar cada  momento o cada etapa de la evolución de la empresa con las motivaciones apropiadas como la cordialidad, espíritu de equipo, transmisión de valores y filosofía de la empresa, votos de confianza en el equipo, amabilidad en las órdenes, refuerzo de resultados, sentimiento de  inclusión y participación.

Su gestión debería estar acompañada por espacios de diálogo, el desarrollo de la escucha activa y la motivación constante.

El liderazgo en las organizaciones es como ese pequeño motor psicológico que alienta a su organización y que es capaz de mantener la fuerza y la autoestima de la organización alta con el objetivo de conseguir los mejores resultados y además se puedan evidenciar de una manera visible y medible. 

Enfrentarse a los retos y desafíos diarios de la empresa, así como la gestión de los equipos de la manera más eficaz, requiere altas dosis de inteligencia emocional. 

Fuentes

🔹 ResearchgateR: «La Ciencia y la IE»

en línea, www.researchgate.net/

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